ser una buena esposa (una realidad incierta)

Cuando anuncié mi compromiso en Facebook en abril de 2015, recibí más gustos que cuando publiqué un libro o obtuve una promoción de gran trabajo. Mi mundo, de acuerdo con las redes sociales, quería que yo supiera que convertirme en esposa era lo más importante y simpático que había hecho.

La palabra "esposa" es terrible. Evoca pensamientos de patriarcado, subordinación y ciudadanía de segunda clase. La mayoría de mis amigas cercanas, de 30 a 45 años, odian la palabra "esposa", y sin embargo no podían esperar a recibir un anillo de compromiso gigante y caminar por el pasillo en un vestido de Vera Wang de $ 10,000. A ellos les gusta el apodo cutesy "wifey", pero odio cuando los compañeros de trabajo de sus maridos juegan bromas machistas sobre sus esposas.

¿Qué es una esposa moderna? ¿Cuáles son las reglas y quién las hace? ¿Quiénes son nuestros modelos a seguir? ¿Hillary Clinton? Melania Trump? ¿Kim Kardashian?

Pero, ¿cuál es la alternativa? La palabra "socio" es igualmente mala, si no peor. Apesta de pachulí y la posibilidad de sexo en grupo. Pero, ¿es peor la "esposa", con todas sus connotaciones de propiedad, delantales y galletas para hornear? La verdad es que no hay buenas alternativas.

Así que bien podríamos abrazarla y hacerla nuestra. Después de que me enganché en septiembre de 015, pasé los primeros 12 meses de mi matrimonio luchando con la cuestión de cómo ser una esposa.

 No tenía ni idea de lo que estaba haciendo. Y así que utilicé mi trabajo como redactor para aprender cómo ser una esposa.

En mi nueva memoria, "Cómo estar casada: Lo que aprendí de las mujeres reales en cinco continentes sobre cómo sobrevivir a mi primer (realmente duro) año de matrimonio" , entrevisté a cientos de mujeres de 20 países en cinco Continentes, acerca de lo que la palabra significaba para ellos.
Esto es lo que me ocurrió:

Ayudar a crear un hogar acogedor y cómodo: No haga esto porque hace feliz a su marido. Hacerlo porque te hace feliz y hace que los dos de ustedes realmente quieren pasar tiempo en su casa juntos.

Fueron las mujeres de Dinamarca las que me enseñaron que esto importa. Compran velas deliciosamente perfumadas y mantas absurdamente suaves y tiran almohadas por toda la sala.

Deje que su marido tome la iniciativa de vez en cuando: Los hombres les gusta pensar que están a cargo. A lo largo de mi investigación, particularmente en Chile, me dijeron una y otra vez que los egos frágiles de los hombres exigen un sentido de control. A veces una esposa necesita dejar que su marido piense que él es el que llama a los disparos, a pesar de que está influyendo en su comportamiento y las decisiones de maneras más sutiles.

Actúe como la amante de su marido: Naturalmente este consejo vino de los franceses. Deje el regaño a sus compañeros de trabajo, mantenga su teléfono fuera de la mesa de la cena. Coquetear con otros hombres y caminar por la casa desnuda. Deja de lloriquear por parecer gordo o viejo. No gastes todo tu tiempo juntos en tus pantalones de chándal más gruesos. En otras palabras, no se dé por vencido después de decir: "Lo hago".

Los hombres necesitan sentirse necesarios: Todo el mundo necesita sentirse necesario. Puedo cuidar de mí mismo, pero la gran parte de estar casado es que ya no tengo que hacerlo todo solo. Deje que su cónyuge cuide de usted de vez en cuando. Eso es lo que están allí para. Este consejo vino de los holandeses, algunas de las mujeres más malas e independientes que conocí en este viaje.

Usted puede poner su matrimonio antes de su carrera, y eso está bien: las mujeres estadounidenses han sido entrenadas para pensar que si no continuamos luchando por el anillo de bronce a toda costa, estamos fallando el movimiento de las mujeres. Esto es diferente en lugares como Holanda y Dinamarca, donde las mujeres trabajan duro y tienen éxito, pero también no se juzgan a sí mismos o a sus vidas estrictamente por sus logros profesionales. A veces es bueno poner su matrimonio primero.

Dejar temprano para cenar con su cónyuge. Haga tiempo para esas vacaciones. Trabajar a tiempo parcial si tiene sentido para usted, su matrimonio y su familia. Es tu elección. Nadie te juzga.

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